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Para poder determinar cuál es el tratamiento más adecuado para cada mujer o pareja, lo primero y fundamental es establecer un diagnóstico. Para ello contamos con múltiples pruebas y estudios. Algunas son comunes a ambos cónyuges y muy habituales en las primeras fases del estudio diagnóstico.
Entre las pruebas y estudios habituales que pedimos en Clínica Nida se encuentran:
Es una prueba básica que nos da una información muy importante ya que nos permite valorar morfológicamente el útero y los ovarios.
Por un lado nos informa sobre las dimensiones y la morfología uterina. Dentro del útero nos permite valorar el endometrio que es la capa interna donde implanta un embrión, por lo que cualquier anomalía a este nivel puede influir en la posibilidad de conseguir una gestación y en la evolución de la misma. También nos permite valorar el miometrio (es decir la pared uterina) donde con cierta frecuencia aparecen tumoraciones benignas como los miomas u otras anomalías que pueden dificultar la gestación. También hay pacientes que tienen malformaciones uterinas congénitas como úteros bicornes u otras, que pueden valorarse mediante la ecografía.
Por otra parte, la ecografía nos permite ver si los ovarios son normales o tienen alguna patología como la endometriosis o la presencia de quistes. Además, si la unimos a la determinación de la hormona antimulleriana, nos informa de algo tan importante como la reserva ovárica mediante el recuento de folículos antrales.
Para confirmar la buena salud de los pacientes, conocer su grupo sanguíneo y verificar que no se está cursando ninguna infección.
Estudia el mapa cromosómico de cada persona, es decir, determina si el individuo estudiado presenta los 23 pares de cromosomas habituales en nuestra especie o si existen variaciones, tanto numéricas (algún cromosoma de más o de menos) como estructurales (translocaciones, deleciones, inversiones). Es una prueba que sólo es necesaria realizarla una única vez.
Es la prueba básica para conocer las características generales del semen. Valora fundamentalmente, la concentración y nº total de espermatozoides en el eyaculado, la movilidad y la morfología o forma de estos espermatozoides. En función de la calidad seminal y de los antecedentes reproductivos de la pareja, se decide si es necesario solicitar más pruebas al varón.
Es un procedimiento que consiste en entrar dentro del útero con una óptica conectada a una cámara de vídeo que nos permite ver la cavidad endometrial de modo directo para su valoración. Nos da una información muy útil sobre si existen anomalías a este nivel que puedan dificultar la implantación embrionaria. Con frecuencia se realiza sin anestesia o con anestesia local.
Es una variante de la anterior que mediante el mismo procedimiento nos permite realizar intervenciones para solucionar patologías, por ejemplo, exéresis de miomas o pólipos endometriales, eliminación de adherencias, sección de tabiques, etc. En algunos casos puede precisar anestesia general.
Es una prueba radiológica, externa, que consiste en pasar un contraste desde el cuello del útero a través de la cavidad uterina y ver como se filtra a través de las trompas de Falopio y sale a la cavidad abdominal. Está pensada sobre todo para ver si las trompas son permeables y solemos pedirla como parte del estudio de esterilidad de la mujer, sobre todo cuando pensamos en hacer inseminación artificial. También nos puede ayudar a diagnosticar algunas patologías como los hidrosálpinx.
El embarazo es la única condición fisiológica en la que lo extraño es aceptado como propio, pero en ocasiones los mecanismos de adaptación pueden fracasar. Si existe un desequilibrio por hiperactividad o inactivación del sistema inmunitario este mecanismo de tolerancia puede fallar.
El mal funcionamiento de nuestro sistema inmunológico puede desencadenar dos de las situaciones más frecuentes de fallo reproductivo: los abortos recurrentes y el fallo de implantación. Identificarlos nos permite diseñar un plan preconcepcional y un protocolo individualizado de tratamiento.
Mediante estudios inmunológicos estudiamos, diagnosticamos y corregimos alteraciones inmunológicas que pueden complicar conseguir un embarazo.
El FISH (Fluorescence In Situ Hybridization) es una prueba genética que se realiza en muestras de semen y nos permite valorar si los espermatozoides eyaculados portan el número de cromosomas adecuado o si presentan alteraciones numéricas que se pueden asociar a incremento en el riesgo de aborto, fallos de implantación, etc….
Son test que nos permiten valorar la expresión genética del endometrio para detectar el momento más adecuado para una transferencia embrionaria y también la expresión genética de bacterias presentes en el endometrio para conocer si existen patógenos causantes de endometritis o alteraciones de la microbiota. Estas pruebas no están indicadas en todos los casos, haciéndose principalmente en pacientes con fallo de implantación o con sospecha de alteraciones a este nivel.
Son estudios que valoran si la paciente tiene alguna alteración en su sistema de coagulación que la puede predisponer a fallos de implantación o abortos. Al igual que los anteriores solo están indicados en pacientes con antecedentes de fallo de implantación o aborto de repetición.
Esta prueba es un test genético que, mediante una analítica de sangre, determina si una persona es portadora de variaciones genéticas que pueden causar enfermedades, especialmente en la descendencia. Fundamentalmente, el test está diseñado para identificar variaciones genéticas causantes de enfermedades recesivas o ligadas al sexo y para calcular el riesgo de tener descendencia afecta, siempre y cuando ambos progenitores se realicen el test.
Este análisis, valora la integridad del material genético que porta cada espermatozoide, el ADN. Si presenta un porcentaje superior de roturas al compararlo con un grupo control de varones sanos y fértiles se considera que el nivel de fragmentación del ADN espermático es elevado y esto se puede asociar a fallos repetidos en los tratamientos de FIV, fallos de implantación de los embriones generados con este material genético y elevada tasa de aborto en caso de embarazo.
Debido a la estructura del ADN (son dos cadenas complementarias) la fragmentación puede ser de dos tipos; de cadena sencilla o de doble cadena. Es importante determinar el porcentaje de cada una de ellas ya que las implicaciones clínicas varían significativamente
EN NIDA TRABAJAMOS DÍA A DÍA PARA ASEGURAR LA MATERNIDAD A TODAS LAS MUJERES QUE LO DESEAN, POR ESO DEBES SABER QUE SI RECURRES A ESTA TÉCNICA, ESTARÁS EN LAS MEJORES MANOS.