Esta técnica es que permite realizar transferencias embrionarias sin volver a pasar por un proceso de fecundación in vitro completo.
Tras un ciclo de fecundación in vitro, el número de embriones obtenidos puede ser superior a los embriones transferidos, ya que como máximo, la Ley permite que estos sean tres y en nuestro centro solo transferimos uno o dos.
Ante esta situación, los embriones sobrantes son criopreservados en nitrógeno líquido a muy bajas temperaturas (-196ºC) siempre que su calidad lo permita. Desde hace ya varios años la técnica más usada es la vitrificación con la que se ha mejorado mucho la tasa de supervivencia embrionaria a la congelación .
Actualmente, debido a los avances técnicos, es posible la criopreservación en diferentes estadios embrionarios evolutivos, desde zigotos (18 horas tras la fecundación) hasta blastocisto (120 horas tras fecundación).
Una vez realizado el proceso, los embriones son almacenados en un Banco de embriones, dónde permanecerán hasta su utilización.
La ventaja que ofrece esta técnica es que permite realizar transferencias embrionarias sin volver a pasar por un proceso de fecundación in vitro completo.
Tras un ciclo de fecundación in vitro, el número de embriones obtenidos puede ser superior a los embriones transferidos.
Ante esta situación, los embriones sobrantes son criopreservados en nitrógeno líquido a muy bajas temperaturas (-196ºC), siempre que su calidad lo permita.