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ESTA TÉCNICA PERMITE REALIZAR TRANSFERENCIAS EMBRIONARIAS SIN VOLVER A PASAR POR UN PROCESO DE FECUNDACIÓN IN VITRO COMPLETO.
Tras un ciclo de fecundación in vitro el número de embriones obtenidos puede ser superior a los embriones transferidos.
Ante esta situación, los embriones sobrantes con una calidad morfológica adecuada, son criopreservados en nitrógeno líquido a muy bajas temperaturas (-196ºC). Desde hace ya varios años la técnica empleada es la vitrificación, con la que se ha mejorado mucho la tasa de supervivencia embrionaria a la congelación, rozando el 100%. Esta técnica combina unas concentraciones elevadas de crioprotector, que son sustancias que protegen al embrión en el proceso de congelación, con unos tiempos mínimos de exposición y una congelación ultrarrápida.
Actualmente, debido a los avances técnicos, es posible la criopreservación en diferentes estadios embrionarios evolutivos, desde zigotos (18 horas tras la fecundación) hasta blastocisto (120/140 horas tras fecundación).
Una vez realizado el proceso, los embriones son almacenados en nuestro Banco de embriones, dónde permanecerán hasta su utilización.